La Cianotípia

Breves apuntes sobre la técnica del “azul de Prusia”

Esta entrada pretende ser una pequeña introducción a la práctica de la cianotípia, un compendio de materiales útiles y un recopilatorio de trucos y consejos para ponérnoslo un poco más fácil. Tanto si has llegado aquí a través de uno de mis talleres, o te ha traído tu interés por las técnicas artesanales, empecemos por lo básico.
Éste será el paso a paso simplificado:

  • La química - Mezclaremos los componentes A y B en dos botellas separadas, y solamente las mezclaremos entre sí (C) en un vaso en la cantidad que vayamos a gastar, y sólo momentos antes de preparar nuestro papel.

  • La preparación del soporte - Con la mezcla C, pintaremos nuestro/s soporte/s, ya sea papel, tela, madera… y esperaremos a que sequen por completo.

  • La exposición del soporte - Ayudándonos de un marco y con un negativo impreso o jugando con siluetas, expondremos nuestros soportes pintados al Sol durante el tiempo indicado para cada caso.

  • El revelado - A continuación, revelaremos las cianotípias sumergiéndolas en agua hasta que queden perfectamente limpias. Se puede acelerar el proceso de oxidación del hierro con una última inmersión en agua oxigenada. Por último, las dejaremos secar.


¿Qué necesitamos?

A continuación, paso a describirte una serie de materiales y químicos que necesitaremos para la práctica de la cianotípia:

  1. (Químicos) Ferricianuro potásico

  2. (Químicos) Citrato férrico amoniacal

  3. (Químico, opcional) Agua oxigenada

  4. Papel

  5. Marco para exponer nuestras copias

  6. Pinceles

  7. Báscula

  8. Botellas

  9. Vaso medidor

  10. Ropa vieja / delantal

La química

Para practicar la cianotípia sólo necesitaremos dos elementos: el ferricianuro potásico y el citrato férrico amoniacal. Ambos se pueden comprar en Químics Dalmau o en Rittagraf, en botes de 50 y 100gr. Se conservan perfectamente durante años en un ambiente fresco y seco, y no son sensibles a la luz hasta que se mezclan.

La fórmula para hacer nuestras cianotipias es la siguiente:

Parte A - Disolver 25g de citrato férrico amoniacal en 100ml de agua, en una botella.

Parte B - Disolver 10g de ferricianuro potásico en 100ml de agua, en otra botella.

Con esto, obtenemos dos botellas con un total de 200ml de fórmula -100ml en cada botella- tan resistentes al paso del tiempo como las sales sin disolver. Pero es en el momento que mezclamos estas dos partes entre sí, que obtenemos la fórmula sensible (C) con la que emulsionar nuestros papeles. Por esto, es aconsejable mezclar solamente la cantidad necesaria, a partes iguales parte A y parte B, que vayamos a gastar cada vez que queramos hacer cianotípias. Esa mezcla C sólo se conserva, lo más resguardada de la luz posible, durante 1 o 2h.

El papel y los pinceles

La mezcla de cianotípia (C) responde como lo haría una acuarela: es agua, y como tal, necesita una superficie absorbente. Podemos usar papel de acuarela, dibujo o grabado, así como tela, cerámica no esmaltada…

La cantidad de mezcla que gastemos, con qué herramientas “pintar”, la exposición al Sol… dependerá en gran medida de lo absorbente que sea nuestro soporte.

Papeles excesivamente absorbentes o algodón necesitarán un extra de exposición al Sol. Papeles muy poco absorbentes, pueden llegar a necesitar una segunda capa de cianotípia tras secarse la primera.

Cómo pintemos las cianotipias dependerá de nuestros gustos y preferencias. Un buen tipo de pincel para cubrir grandes superficies de manera muy limpia son los pinceles hake, que encontraremos también (si compramos nuestros químicos ahí) en Rittagraf. Pero nos sirven pinceles redondos, planos, esponjas…

El marco

Para montar nuestra cianotípia junto con el negativo o los elementos florales que queramos exponer y dejarla lista para exponer al Sol, nos hará falta un marco que impida que nada se mueva ni un milímetro durante su traslado.

Una opción económica consiste en comprar un marco de pinzas para fotos, y hacerse con un paquete de pinzas fáciles de poner y quitar, que ejerzan toda la presión posible sobre el cristal y la madera.


El proceso

Como se explica más arriba, cuando se mezclan las partes A y B juntas, nuestra fórmula se vuelve fotosensible.

Prepararemos todos nuestros materiales bajo una luz tenue, preferiblemente cálida, y lejos de cualquier fuente de luz con radiación UV (es mejor correr cortinas o bajar persianas si trabajamos en una habitación con mucha luz natural).

Esto es porque, mientras pintemos nuestros soportes, esperamos que éstos sequen, montamos los marcos con los negativos, etc., la emulsión ya es sensible a la luz. ¡Y no nos interesa exponerla hasta el momento en que salgamos fuera a exponerlas al Sol!

El pintado y la preparación del soporte

Como se ha explicado también más arriba, la mezcla C se “estropea” muy rápido una vez preparada (aunque la tengamos resguardada de la radiación UV). Es recomendable pues, mezclar un total de por ejemplo unos 20 o 30ml, “pintar” los soportes, y mezclar más si se nos queda corta esa cantidad.

Poca cantidad ya nos sirve para pintar varias hojas de un tamaño DIN A4, con lo que es fácil al principio que por falta de práctica, mezclemos de más.

Una vez pintado, hay que secar nuestro soporte antes de proceder a montarle el negativo o lo que vayamos a exponer en él. Lo ideal es dejar que se seque de forma natural, pero también podemos usar un secador de pelo con la temperatura al mínimo para acelerar el proceso.

Para montarlo de forma que podamos exponerlo al Sol, con un papel procederíamos de la siguiente manera:

  1. Colocamos el papel pintado y seco sobre el panel de madera del marco.

  2. Cuidadosamente, colocamos encima del papel el negativo en acetato, los motivos florales, o lo que queramos exponer, de forma que encaje a nuestro gusto.

  3. Intentando que nada de mueva, colocamos encima el cristal del marco y presionamos.

  4. Para que nada se mueva del sitio durante su transporte, colocamos pinzas alrededor de todo el marco que mantengan el cristal presionado contra la madera.

La exposición al Sol

Ésta es la parte más difícil de explicar a través de un simple tutorial. El tiempo de exposición al Sol (o a la radiación UV en caso de usar bombillas de luz artificial) depende de muchos factores. Entre ellos, la cantidad de UV que reciba el papel a determinada hora del día en determinada época del año; la emulsión absorbida por el soporte usado; el contraste del negativo que estemos usando…

De esta manera y teniendo en cuenta las variables, nuestra única posibilidad es el prueba y error.

Lo que sí verás cuando expongas tu cianotípia al Sol, es que el color de la emulsión sufre estos cambios:

  1. Del verde/amarillo claro inicial, se empieza a volver azulada.

  2. Rápidamente, la emulsión toma un color azul profundo.

  3. Lentamente, este tono azul empieza a tornarse gris, sobre todo en las zonas con menos emulsión (normalmente los bordes).

  4. Aún más lentamente, el gris en el que se torna el azul profundo, empieza a “oxidarse” y a coger un tono amarronado.

Es ahí cuando, tarde o temprano, sabemos que nuestra cianotípia está suficientemente expuesta y podemos proceder a revelarla.

El revelado

A diferencia de la mayoría de técnicas fotoquímicas, el revelado no tiene ningún misterio.
Únicamente sumergiendo el soporte expuesto dentro de una cubeta con agua, reduciremos el hierro expuesto por la radiación UV, y veremos la formación de nuestra imagen en cuestión de segundos.

Sabremos que está completamente revelada cuando, tras varios cambios de agua, ésta salga completamente limpia y cristalina (unos 10 minutos).

Si además queremos acelerar la formación de este azul profundo tan característico de la cianotípia, que aparece de forma natural tras 24h de secado, también podemos sumergir el soporte en una cubeta llena de agua mezclada con un chorro de agua oxigenada. Eso le dará al instante lo que la oxidación tardaría un día entero en lograr de forma natural.

Tras esto, sólo queda secar nuestra cianotípia, ¡y disfrutar de ella!

El negativo en acetato

Si quieres reproducir tus fotografías en cianotípia, la manera más fácil consiste en imprimir un negativo en blanco y negro sobre acetato transparente.

Para ello, pasa a blanco y negro cualquier fotografía, y juega con su contraste. Por norma general, hay que tender a subirle el contraste a una imagen para que, una vez pasada a cianotípia, tenga fuerza. Pero como no hay ninguna norma escrita, toca hacer pruebas de contraste / exposición al Sol.

Para imprimir el acetato, puedes llevarlo a cualquier copistería donde impriman sobre acetato de impresión láser, o comprar acetatos adecuados para impresión en tinta para poder hacerlo con la impresora de casa. Habitualmente esta opción da mejor calidad y contraste por sencilla que sea la impresora, y los acetatos los encontrarás, cómo no, en Rittagraf.

Referentes y referencias

Hoy en día la técnica de la cianotípia es una de las técnicas fotoquímicas del s.XIX más usadas para experimentar y buscar nuevas formas de expresarse en fotografía. John Patrick Dugdale, Aline Héau, Lluís Estopiñán, Ash Allen… hay un buen montón de artistas cuyo cuerpo de trabajo principal se basa, entre otras, en ésta técnica.

Como la lista de nombres sería interminable, te recomiendo que le eches un vistazo a uno de mis “destacados” de Instagram donde enumero y vinculo a muchos de ellos.

También puedes echar un ojo a los perfiles de Instagram de @cyanomasters, @alternativeprocesses o @todaysalternative, donde diariamente comparten el trabajo de artistas especialistas en las llamadas “técnicas alternativas”.

Si tras este tutorial te queda cualquier otra duda, me puedes escribir a través del formulario de contacto de esta misma página web.

¡Gracias por leer!

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¿Por qué nos hacemos retratar en pleno siglo XXI?